martes, 30 de septiembre de 2008

Aclaraciones y una buena nota

Unas aclaraciones antes de elaborar esta nueva entrada.

En la entrada anterior que pone sobre el tapete las planillas que, según la DGE, falsearon algunas directoras de Mendoza, no se niega en ningún momento que las presentaciones se hagan de 25 a 25 todos los meses. Por eso no se entiende uno de los comentarios. Es más, en notas publicadas en Diario Uno ya se ha hecho mención del tema.

Con respecto al segundo comentario, es cierto que los días de paro no se pueden justificar por razones particulares. Salvo que exista alguna complicidad entre directora y docente o el aviso previo por parte del docente. Y hay una salvedad más que hacer: Las licencias por enfermedad no están “sí o sí” controladas por Salud Laboral. En las escuelas privadas, por ejemplo, sólo basta con presentar un certificado médico particular para justificar una inasistencia.

Otro caso del que me enteré, también contado por docentes que trabajan en escuelas privadas y de la provincia al mismo tiempo, es el de los maestros secundarios que eligen el día en el que tienen menos horas (obligaciones), para presentarlo como día en el que se adhirieron al paro y sufrir un descuento menor. Otros dicen que se adhieren en la escuela pública o privada según les convenga y, finalmente, no se adhieren en ninguna de las dos. En fin. Estoy seguro de que son los menos, pero los casos existen.

De todas maneras recordemos que este espacio es un blog. El título invita a hablar de educación, sus problemas y actualidad (desgraciadamente el tema laboral y sus aristas fue protagonista en los últimos días).

Por suerte, como blog, está la oportunidad de hacer todos los comentarios, críticas, aportes y correcciones que sean necesarios sobre los temas propuestos y siempre serán bienvenidos.

Ahora retomaremos el problema de educación sexual en las escuelas, mirado desde dos puntos de vista muy interesantes planteados en una nota del periodista Alejandro Gamero.

Piden educación sexual en las escuelas para prevenir abortos (Alejandro Gamero)

Con posturas opuestas llegan a similar conclusión Marta Fracapani, jefa del Comité de Bioética del Hospital Notti, y la socióloga Graciela Cousinet, miembro ad hoc en el caso de la niña de 12 años vejada y embarazada en Maipú

Apostadas en los extremos de una discusión que cruza a toda la sociedad cuando aparecen casos testigos, la presidenta del Comité de Bioética del hospital Notti, Marta Fracapani, y la vicedecana de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo, Graciela Cousinet, cada una por su lado, arribaron a la misma conclusión: la problemática del aborto se reduciría si en las escuelas hubiera educación sexual.

Ambas fueron parte en el último mes de una discusión que ocupó el centro del debate público: qué hacer con el embarazo de una niña de 12 años producto de una violación. Ambas integraron junto a otros profesionales el Comité de Bioética ampliado que trató el caso en el Notti.

Para las profesionales, la falta de información adecuada sobre sexualidad les impide a las mujeres adolescentes libertad de decisión, empujándolas al abismo de las víctimas.

Fracapani es titular del comité. Es médica especialista y académica internacional en bioética y dicta la maestría en la UNCuyo. Además integra un organismo que depende de la Universidad Católica Argentina, y aunque dijo que no es partidaria de la práctica del aborto remarcó que no mezcla su postura con las decisiones que debe tomar dentro del comité.

Graciela Cousinet fue integrante ad hoc por esta vez, desde su lugar de socióloga y vicedecana de Ciencias Políticas, donde se dicta Sociología. Ella se manifestó a favor de que el aborto sea legalizado en el país y no por vías excepcionales y reducidas como en la actualidad.

Sobre el caso de la menor que las convocó, Fracapani aseguró que "se decidió el mejor bien posible para ella, ya que la niña no quería el aborto y el comité fue unánime".

En cambio Cousinet dejó una visión mucha más crítica: "El Estado no fue capaz de preservarla. La excluyeron de su familia y la influenciaron. Me quedé con impotencia porque el comité tiene una posición tomada y es inútil hacer algo al respecto". Pero recalcó: "La niña lo quiere tener y no podemos impedirlo. Un aborto contra su voluntad sería mucho peor".

Prevenir y educar

Las dos catedráticas concluyeron, aun con posturas muy confrontadas y vivencias distintas, que la educación sexual en las escuelas disminuiría el riesgo de abortos. Fracapani no dudó al decir que "lo mejor es darles a los chicos una formación sobre la sexualidad que debe empezar en casa y seguir en la escuela. Hoy los jóvenes no están formados para tomar decisiones libres ni poseen información adecuada".

Cousinet afirmó: "Si existiera una adecuada educación sexual los abortos serían excepcionales. Nadie va a abortar si no tiene una razón muy de fondo. Por eso debería legalizarse y dejar que la gente elija qué hacer". Así ambas derivaron en una solución que ha arrastrado tanta polémica como el mismísimo aborto.

Dejaron claro también que una buena educación sexual no garantiza evitar el ataque de un violador, como fue el caso de la niña de 12 años.

Pero el hecho puso sobre la mesa una vez más el debate de la legalización y la colisión de sus principales argumentos: la defensa de la libertad de elección de la mujer sobre su cuerpo en un extremo y el derecho a la vida del niño por nacer en el otro.

Legalidad versus violación

La socióloga Graciela Cousinet fue contundente al preguntarse: "¿Por qué una mujer tiene que tener al hijo de un violador? Yo me moriría, para la sensibilidad de una mujer es algo espantoso". Y fue el punto de partida para analizar por qué las mujeres deben tener la libertad de elección sobre su cuerpo.

"La prohibición del aborto está muy ligada a un modelo de familia patriarcal, monogámica, que implica un rol subordinado de la mujer, destinado a la reproducción. Esto siempre tuvo que ver con que la mujer no puede decidir sobre su propio destino porque lo tenía prefijado. El capitalismo ha ido corroyendo esta familia patriarcal basada en los antiguos modelos de la vida rural dándole a la mujer la oportunidad de ir saliendo de ese espacio y aprovechar todas las oportunidades que se le presentan".

La socióloga agregó: "Esta cuestión no puede ser parte de una decisión religiosa. Hay una fuerte mayoría de personas que apoyan que sea legalizado el aborto para el caso de la violación. Además la mayoría de los países del mundo que aquí pretendemos imitar lo han legalizado. Hasta España lo ha hecho. Creo que tendríamos que llamar a un plebiscito sobre el tema".

Deben resolverlo los políticos

Marta Fracapani en tanto opinó que "no soy partidaria del aborto porque considero que la vida humana empieza a partir de la concepción. Pero si el Código Penal autoriza dos excepciones, yo respeto esas excepciones".

Sin embargo, la académica también dijo que es algo que la ley no autoriza, que "ante un embarazo producto de una violación creo que habría que darle a una mujer la libertad de elegir".

De todos modos aclaró que "siempre depende de cada caso en particular, ninguno es igual a otro", y de inmediato sentenció que "no es algo que pueda resolver ni yo ni el resto de los médicos. Esta discusión no puede ni debe darse en el hospital sino en la Legislatura. Deben resolverla los políticos".

Así la titular del Comité de Bioética volvió sobre el polémico artículo 86 que habla del aborto no punible y defendió la interpretación que una gran mayoría de galenos hace de esa disposición del Código Penal, que interpretan en forma literal.

Fracapani precisó: "El artículo dice que el aborto no será punible cuando haya riesgo de vida para la madre o cuando sea producto de una violación a una mujer idiota o demente. A mi entender no alcanza a la mujer que no es débil mental aunque haya sufrido una violación".

Y contraatacó: "Sé que jurídicamente hay más de una interpretación, pero desde la medicina hay una sola y no es deber nuestro sino de los legisladores aclarar esa situación".

Finalmente Fracapani afirmó que "nunca milité ideas religiosas en el comité porque no se trata de hacer lo que creo sino, como se hace en todo cuerpo colegiado, de decisiones fundadas en argumentos racionales".

¿Qué opina la ciudadanía?

El Conicet hizo una encuesta en el país sobre la práctica del aborto. Consultó tres escenarios con la opción de decir si se estaba o no de acuerdo. Aquí se reflejan las cifras de la opción "de acuerdo".

El aborto debe permitirse en caso de una violación

Cuyo 58%

País 63,9%

La mujer tiene derecho a decidir sobre el aborto

Cuyo 7%

Sur 12,2%

Noroeste argentino 10,2%

Noreste argentino 6,8%

Capital y GBA 19,1%

País promedio 14,1%

El aborto siempre debe prohibirse

Cuyo 32,3%*

Sur 12,3%*

NOA* 26,7%*

NEA* 25,5%*

Capital y GBA* 12,9%*

País promedio* 16,9%*

Fuente. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas - 2403 casos*

viernes, 19 de septiembre de 2008

Sobre las planillas de adhesión al paro docente


Que algunas directoras de las escuelas de Mendoza hayan falseado las planillas que informan la asistencia docente del 30 de julio –día de huelga por 24 horas- da para analizar muchas cosas.

1- La premura de las directoras por mostrar que todo está bien
Para que se entienda hay que recordar que, en el paro del 30 de julio, el SUTE dijo que la adhesión fue del 90%, la DGE informó que fue del 60%. Sin embargo, las directoras de colegio informaron por planilla de sueldo que fue del 18% por lo que el Gobierno salió a investigar si se han dibujado los números y prometió sanciones.
Muchas directoras se esfuerzan por no dar dolores de cabeza a la DGE. Quieren mostrar que en su establecimiento está todo bien. Así se haya encontrado alumnos con drogas o existan problemas de violencia escolar.
Cuando el periodismo llega a esos colegios en busca de información es notable cómo algunas directoras intentan mostrar que no existen dificultades. De otra manera tendrían que rendir cuentas ante el gobierno escolar y temen que esto manche su currículum, complique su próximo ascenso o ponga en tela de juicio al colegio.
La DGE, como debe ser, investiga estos casos. Pero, seamos sinceros, prefiere que no aparezcan y parece presionar para que esto sea así. Ejemplo: el supervisor Daniel Nuarte denunció que hay mulitas en las escuelas. Al otro día la DGE lo desmintió. Al día siguiente, ante la Justicia Federal, el funcionario ratificó sus dichos.
Es probable entonces que un gran número de directoras haya pensado en incluir su escuela en el 10% (según el SUTE) que no se adhirió al paro y así mostrar que, bajo su dirección, los docentes están “tan contentos” que no hacen huelga.
Al ser tan irregular la estadística brindada, ahora las directoras y directores que actuaron de este modo deberán dar explicaciones a la misma DGE con la que tan bien querían quedar y que, además, es la primera que intenta bajar -ante los medios de comunicación- el nivel de adhesión a una huelga. Para colmo se comen un escrache público y le dan más razones a aquellos que dicen que los docentes son un desastre o corruptos, como opinan los lectores en los diarios on line.
La obsecuencia y las mentiras se pagan caras.

2- Los docentes vivillos de siempre
También es posible que los docentes ayuden a que las planillas y la realidad no coincidan. Esto es simple. En la sala de profesores dicen que se adherirán a una huelga. Cuando se aseguran de que ese día no habrá clases, aparecen por la escuela y firman la asistencia a espaldas de sus compañeros. Otra opción es presentar un certificado médico unos días después o justificar la falta por razones particulares (los docentes tienen seis de éstas al año). Así quedan bien con Dios y el diablo y esperan que el aumento salarial llegue sin sufrir un día de descuento y por sacrificio de los demás. Es decir, en la realidad la adhesión a un paro es del 90% o más. En los papeles, no tanto.

3- Los controles estatales nunca han sido de lo mejor
Los docentes cuentan con seis faltas al año por razones particulares. Pueden tomar como máximo dos por mes. Ahora bien, el docente que da clases en más de una escuela podría faltar por razones particulares mayor cantidad de veces (no muchas) sin que se descubra.
Ejemplo: Los jueves da clases en una escuela “A” y los viernes trabaja en una escuela “B”. Si falta el jueves, presentará la justificación por razones particulares en la escuela “A”. Si falta el viernes hará lo mismo en la escuela “B” y agotaría sus faltas del mes justificables por este motivo.
A la semana siguiente no podría hacer lo mismo. Pues ya agotó sus faltas. Sin embargo, muchos lo hacen. ¿Cómo? Se arriesgan a presentar el mismo justificativo porque difícilmente se crucen los datos de una escuela y otra, ya que se trata de liquidaciones distintas. En una liquidación saldrán los dos días por razones particulares y, en la otra, otros dos días. En total, cuatro.
A un secretario de escuela le pregunté si eso no se acababa con el registro único de docentes que más de una vez floreó la ex directora general de escuelas Emma Cunnietti. “Puede decir lo que quiera, lo cierto es que en la DGE hay una computadorita y cinco empleados que difícilmente puedan cruzar datos de 37.000 docentes todos los días” fue la respuesta allá por el 2005.
Habría que ver si esto mejoró con la actual gestión.

4-Incoherencias
• Para evaluar el acatamiento a un paro docente el gobierno intenta que el nivel adhesión no sea tan alto o que por lo menos no lo exageren los gremios. Pero al momento de descontar el día no trabajado no puede creer que el porcentaje sea tan bajo. No le queda otra que salir a controlar.

• El gobernador Celso Jaque garantizó los 180 días de clase. Para esto se extenderían los días laborales. Los docentes tendrían que devolver los días no trabajados para recuperar el tiempo perdido. Pero… ¿cómo era? “Día no trabajado, día no pagado”. Si se descontó el día ¿por qué trabajarlo? La DGE sabe que esto no lo logrará. Algunos dicen que sólo es una forma (más) de presionar para que el próximo paro no sea tan duro como los demás.
Además el gobierno no ha dicho cómo se podrían recuperar los días de clase a contraturno o los sábados, siendo que en esos horarios YA HAY CLASES. Es imposible que esto se haga, salvo que se elabore un sistema de devolución que también podría ser dibujado.

• Cuando la DGE se equivoca en las liquidaciones, la devolución del día o servicio “trabajado y no pagado” puede convertirse en un trámite de tres meses para corregir el error, a veces, por una suma insignificante. Tan insignificante que muchos prefieren no cobrarla ante tanto trajín.

• La vara con la que el Poder Ejecutivo mide pagar sólo los días trabajados no parece ser la misma para todos. ¿Cuántos de los siete días que estuvieron los legisladores mendocinos en México habrán trabajado? Hay que recordar que hubo visitas turísticas y cada uno gastó casi $1.000 por día. Algo así como lo que un docente gana en cuatro meses ¿Habrán llegado esas planillas para hacer los descuentos que correspondieran?